y los libros hablaban y hablaban
pero Dios iba diciendo
pronto se acabará el mundo

Leopoldo Panero

26 diciembre, 2008

Los alternativillos también celebran la navidad.


La navidad es una época que pasa factura. Y no, no hablo del malestar que produce el pasar días y días ingiriendo comida como si fuésemos a hibernar ni del mal de conciencia tras poner mil caras de sorpresa y alegría al recibir otros calcetines como regalo.

Esta época me produce un cierto hastío y cansancio crónico sustentado en gran parte en un dolor de cabeza que suele venir producido por gritos, panderetas y villancicos cantados por niños castrati. Se suma a esto el desagrado estético que produce la carente y decadente decoración navideña, pero me irrita demasiado y perdería las formas comentándolo así que hablaré de los villancicos.

Los villancicos son una cosa fea, absolutamente religiosa y, según quién los cante, también desagradables. Sin embargo y para mi sorpresa, ha comenzado a proliferar en la escena indi la costumbre de villanciquear indimente. Al principio deseché la idea siquiera de informarme, sin embargo, ayer me llevé una gran alegría al encontrar a la Rosen cantando "Noche de paz" y una versión de "Hallelujah". No me parece tan mal, la verdad.
Ya hace como una semana me la encontré en los conciertos de Radio3 y ahora me la vuelvo a encontrar en el especial. Si es que me persigue esta mujer, y yo mucho que se lo agradezco.

¿Ves? Si es que puede uno salir en la tele sin vender su alma al diablo.

17 diciembre, 2008

Operación Jovellanos: otra aventura de Nacional 5


Las emociones se nos amontonan en forma de nuevos planes y, sí, con idénticas estrategias.

Esclareceré el significado, sentido y referencia (maldita Uxía) de estas declaraciones para aquellos que nos siguen con devoción y nos dejan esos comentarios tan chulos; chicos, por vosotros se hace este blog, gracias por estar ahí, sois los mejores (y aquí debería poner un icono de carusa, pero toda coña tiene sus límites hasta para nosotros).



Bueno, aunque nos dijimos que deberíamos plantearnos hablar de algo que no fuese Nacho Vegas, su nuevo disco, Christina Rosenvinge y demás familia, está claro que a nuestra verborrea monotemática no hay quien la pare y en esta ocasión hablaremos del concierto en el Jovellanos.

Tras una conversación en plan:
- Yo quiero ir.
- Pero tenemos exámenes y muchas cosas que hacer en esa época, no podemos.
- Pero yo quiero ir.
- Uy, no sé, no.
- Bueno, pues vamos a ir y ya nos plantearemos qué hacer. Es una oportunidad única en la vida que no volverá a presentarse nunca hasta dentro de, por lo menos, un año o dos...
- Ya pensaba ir...

El disco no nos acaba de convencer, pero de los juicios acerca de cómo esperamos que sea el concierto hablaremos en otro momento. Para mi gusto podría empezar con esta canción aunque sea así en acústico.
El concierto, en el gran teatro Jovellanos en Gijón nos depara, no sólo un concierto, sino un sinfín de maravillosas experiencias en esta magnífica ciudad. Será la primera vez que la viva en invierno y, lejos de ser algo malo, será otro motivo a añadir a la lista de "porqué debemos meternos de una sidrería a otra".

Además es mi oportunidad para hablar con él. Sí, ya lo estoy ensayando; cuando comience a cantar "Nuevas Mañanas" y abrupte eso de "dame una canción" yo le diré "¡toma!". Y de ahí al cielo. Se fijará en nosotros, nos podrá a Maldito y a mí a hacerle los coros porque somos lo más , iremos al plaza y al savoy con él, nos enamoraremos y viviremos el amor tetrabandístico más bizarro y maldito de todas las épocas. Sucederá todo eso que sueña la gente cuando sueña con sus favorites stars.

Movidas bizarras aparte, seguro que todos nos preguntamos si estará la Rosen por allí con él como está él en algunos de sus conciertos. Lo mismo tenemos Lole y Bolan en real directo...

Asientos 10 y 12 de la fila II. Lo pasaremos bien.

pd: un artículo viejuno pero que me ha gustado. Aquí.
pdd: la foto también es viejuna, pero muy mona.

Suscribe: Lánguida Contractual y Vegasiana.

10 diciembre, 2008

De Nacho a Christina.

Que de una relación, acabes obviando al cónyuge y prefieras a sus allegados, no es un hecho excepcional. Yo no diré que ha sido así, pero -oye...- parecido.

Como ya cronitizábamos hace tiempo en nuestro hilo temático inveterado ya más que monopolizado por el círculo vegasiano ("Xoel, te vigilamos de cerca"), el último concierto de la pareja más cool de la escena indi fue absolutamente iluminado por la señorita Rosenvinge ante un auto-eclipsado Nacho Vegas.  Pose, propaganda, panfletada o lo-que-sea, la espayorquinesa* nos azotó con un amplio abanico de encantos. Y su intento de venderse -si es que fue tal- funcionó.  Tras la escucha en el crepuscular concierto de la decadente pareja, de un par de temas del nuevo disco de la rubia -Tu labio superior- la curiosidad se desató. 

Modo perorata ridícula "off". El último disco de La Rosen -Mrs. Christina Rosenvinge para el resto de mortales-, ha sido uno de los más refrescantes encontronazos musicales que hemos tenido el gusto de acoger en nuestro devenir. 
Reconozco como, en un principio, el puro morbo animaba la escucha del mismo (¡Nacho y Rosen se quieren, Nacho y Rosen se besan! Sí, me interesa también la vida de los demás). Craso error.  Tras el intercambio irónico-dialéctico acerca de los pormenores letrísticos del disco y las referencias cruzadas vegasianas, la escucha del disco del propio Nacho llevó a una cuantiosa revalorización no económica del disco de la co-autora de Lole y Bolan.  

En definitivas cuentas, ¡cucutrás! Disco al canto y en el M* estamos sin agua.  
Sólo una pequeña anotación sobre las abiertas -y literalmente aquí explicitadas con absoluta veracidad, como siempre, porque si algo somos aquí es sinceros y puros de espíritu; nunca engañamos a nadie intencionadamente y damos limosna a quien creemos a nuestro juicio (wikipedia no aclara nada al respecto) se lo merece- declaraciones de Rosenvinge sobre los problemas de drogadicción del señor vegas que afectan, como queda bien claro, a su íntima relación: 

"Esa señorita
que rima conmigo
que te ronda siempre alrededor
Es tu favorita
te lleva consigo
y te gusta más que mi canción".

- Señor Juez, no hay más testigos.
- En esta coyuntura, señores, la suerte está echada.


* Española-newyorquina-danesa. 

Suscriben:  Lánguida Teórica y Maldito Distante.

04 diciembre, 2008

Nacho Vegas contra sí mismo

1 de Diciembre de 2008. 20:30 h.


Dry Martini S.A: Vale. Esta la conocía. Y al principio no me gustaba nada, me aburrió, me decepcionó, me cabreó. ¿Dónde está El hombre que..., El Salitre, Seronda? Pero bueno, como era lo único que había accesible me caló y el estribillo se me pegó. Lo reconozco. No me avergüenzo (aún).


Detener el tiempo: "Cancionaza" "épica". Estos comentarios fueron leídos por mis cándidos ojillos en el blog. Yo digo coñazo épico y amago vegasiano con balas de fogueo. 


Junior suite: parrafada de mezcolanzas vegasianas: "oscuridad ardiente, ángeles..." y paciencia, mucha paciencia... espera que sólo es la tercera canción que viene ahora... un párrafo interesante adelanta el libreto y... N.V. el inventor de la bajona. Cuando esperaba fuerza viene candidez, cuando esperas un directo al corazón llega la caricia de un guante de fregar. ¿Ustedes se lo imaginan? Yo tampoco.


Lole y Bolan: Cabaret en el que se bebe laiker y se fuma puritos Reig. Colaboración -guiño, guiño- con la Rosen. Ay, Rosen... si es que -animalico- tu disco es mucho mejor que el suyo. ¿Le has vampirizado? ¿O tan sólo le has chupado toda su mala leche y ahora la tiene que falsear? Tsk, tsk... There is no answer, no salvation


El tercer día: Por fin, rompe... Otro día más. Como un Sergio Dalma borracho desbarra obsesionado por la petición de un otro día, que por el momento no creo que se merezca. El pulgar ahonda el abismo de lo bajo que apunta.


Nuevas mañanas: Que una canción intente validarse como vulgar refrito de otras pretéritas -y no de las mejores- sirve para deslegitimar cualquier vago amago de canción.


Crujidos: Sones latinos en N.V. -No comment- Blasfemia! Un efecto de sonido similar a Seronda, reminiscencias en la letra. Una buena metáfora del caballero gijonés. Si bien la canción no me disgusta, para mí refleja la pérdida de espontaneidad, de fuerza, el aumento de cotización del patetismo sin atisbo de autoparodia. Ay nachico, ¿qué te han hecho?


Mondúber: Primera pregunta: ¿qué coño significa mondúber? Segunda: ¿cómo coño puedo pensar de una canción de N.V. que parezca en su comienzo una de Sabina? No, no me corten las venas. ¡Ampútenmelas! Cuando amaga con romper por breves segundos, vuelven los jodidos, insolentes, repelentes y flanderianos coros -intencionalmente angelicales- que resultan irritantes... Ocho canciones y ninguna con la que me identifique... mamá, ¿esto es una pesadilla? ¿consecuencia de un armisticio entre N.V. y la industria del disco?


Un desastre manifiesto: Que novedad, otra canción que rima, que no culmina, que abomina de una -ya no divina- inspiración. Arrojo la toalla. ¿Queda mucho del disco? La botella de vino que abrimos para celebrar, se convierte en lo único tolerable de esta primera escucha. Bajona, bajonérrima.


En lugar del amor: Un trotecillo guitarrero que me suena. Una ranchera. Os aviso... ¡Echad a correr! No lo hagáis. ¿Habéis oído hablar de la Medusa y su mirada? Pues mucho peor resulta este disco de N.V. Ay nachico, si yo te aprecio y -my way- yo te quiero. Pero por favor, no lo vuelvas a hacer, ¿O quizás es que ya no lo volverás a hacer?. Perdóname, pero te he perdido la fe -presente y futura-. Sí, también influye (pero menos) verte hecho una nutria y con abrigos de piel verde. ¿Por qué, por qué en este disco nos abandonas? 


Morir o matar: Última canción. Última bala para la esperanza, para sepultar este disco y renegar de él por siempre, o para dejarte un ventanuco a la esperanza abierto...  Amigos, hermanos, todos vosotros... there is no hope. N.V. ha muerto.


Ay, con lo bonico que es el disco... si no sonase todo sería mucho mejor.



4 de Diciembre de 2008. 20:30 h.


He concedido un indulto. Crujidos me gusta. Mucho. ¿Seré débil?



Suscribe: Máldito "Johnnie Walker S.L."


17 noviembre, 2008

M* Cafe y Copas

Al entrar nos da la bienvenida una pizarra que reza de la siguiente forma:

"La historia tine que repetirse porque la primera vez le prestamos muy poca atención"
Blackie Sherrod




No ha pasado ni un año desde que entramos aquí por primera vez y el M* ya se ha convertido en nuestra segunda casa, un punto de encuentro, referencia y escondite. No hay día que pasemos por la puerta sin entrar aunque sólo sea a saludar.

¿Los culpables? María y Carlos, un par de individuos que hacen de esta cafetería algo más. Desde detalles como llenar las mesas del libros para celebrar el día del susodicho hasta prepararme el desayuno para irme a la facultad cada mañana. La música, aleatoria en su sentido más estricto, pero no por ello menos buena, tanto como su ambiente. Últimamente se han dado a la aventura de los cócteles y, si nos dejan (nos haremos un rincón cerca del cielo) habrá más detalles para todo el que pase por aquí.

El asterisco de la M es para que cada uno añadamos lo que queramos al significado de este lugar. Nosotros ya lo hemos hecho.

Difamado por: Lánguida Cafeterística.

De cómo no quisimos coger un avión y ¡voto a bríos! que no volveremos a coger un tren



























¡Cucutrás!

Resulta increíble la cantidad de cosas que pueden ocurrir entre cinco días y cuatro trenes...

Cinco días que han sido como cinco vidas: jam session de poesía adolescente, cócteles, más cócteles, bares rocabili, pies doloridos, muchos pieses doloridos, librerías y libros, Rembrandt y esculturas grecoromanas divinas (que pa' mí las quisiera), gente insoportable en los trenes, gente encantadora en los bares, mostales psicodélicos (nave espacial incluída), dificultades logísticas con la comida asiática, chalecos de piel de serpiente y ex-brokers que cuentan chistes malos... Patologías freudianas con galicia y los gallegos, pastís, Jordi -ese gran Jordi-, restaurantes que parecen malos y son peores, caminar aunque mucho taxi, restaurantes que parecían buenos y eran mejores, mucho tren con arcoiris llevaderos...

Pero sobre todo Sigur y su concierto. Ros y la magia. Días intensos, para nada extraños que rememoran un anterior noviembre -mejorándolo- y que nos acercan al gran próximo acontecimiento mundial (no, no es ninguna otra reunión de G-20 con invitados) me refiero otro desastre, en este caso Manifiesto. Guiño, guiño.



Tal vez más información y referencias en ulteriores entradas.

Suscriben: Lánguida y Maldito Islandeses.

05 noviembre, 2008

Mañana santiaguesa

La primera oración del día fue proferida por la radio de mesita y decía "Obama presidente de estados unidos". Yo acababa de soñar con días lluviosos y nocturnos, con bizar-lámparas y una necesidad imperiosa de dormir más. Durante el desayuno visitamos los periódicos nacionales e internacionales. Se nos pasó la ilusión y pasamos de todo. Decidí no hacer nada en la mañana y me di al espíritu consumista de la depresión otoñal; ahora tengo unas Clarks (cool!), una colonia y un quemador nuevos. Mr. Maldito está frente a mí abocado sobre sus cosas griegas y a mí me acompaña un tal Nietzsche que me intenta vender una experiencia dionisíaca sacada de la manga (or not). Por suerte nos esperan todavía unos capítulos de Six feet under; por desgracia, son los últimos de la última temporada.

27 octubre, 2008

Ya asentados y readaptados al nulo fulgor gallego, nos sentimos dispuestos a continuar con este extraño compendio vital y qué mejor forma de hacerlo que hablando del nada increíble concierto del Señor Vegas y la Señorita Rosenvinge.
Estos personajes, que durante tanto tiempo han inspirado las vidas de Mr. Maldito y Mrs. Lánguida (¡presente!) no nos intentaron deleitar el viernes pasado en un concierto en esta extraña ciudad; sin embargo, y dado el amor incondicional que profesámosles, son merecedores de una entrada por el simple hecho de acercarse hasta esta tierra de nadie.


La humedad de Santiago recorría las calles de una noche otoñal. El viernes se enfriaba con la llegada de la noche, pero el calor con que la emoción nos embargaba nos alejaba de tan ruín sentimiento.
A las puertas del teatro renacentista se abarrotaban los señores con sombrero, gabardina, bufanda y bastón, cuando aparecieron los dos más que reconocibles rostros de nuestras esperadas estrellas. Dos melenazas, una más rubia y más larga que la otra, hacían su aparición por entre la multitud como si aquella no se abalanzase sobre ellos. Sus melenas se agitaron con un gesto tan recio que todos se apartaron tan emocionados como asustados. Las estrellas, cogidas del brazo y erguidas sobre su propio ego avanzaron hacia la puerta, la atravesaron y recorrieron el interior del lugar, el pasillo por entre las butacas de aquel maravilloso teatro, y avanzaron hacia el olimpo de su escenario sobre el que libaron con sus voces durante horas mientras el público, recostado en sus butacas alcanzaba el éxtasis con sus melodías.


O, al menos, así debería haber sido. Tan sólo un par de momentos consiguieron sacar al público gallego de su tan asombroso como habitual letargo, pero éstos sólo son dignos de mención para algún cronista del corazón con menos trabajo del habitual.


Publica: Lánguida Rehabilitada

17 julio, 2008

Estivoides.


- ¿Sobre qué vamos a escribir hoy?

- Sobre lo duro que se hace ser maldito en verano, con tan poca ropa. Llevar las gafas de sol da clase cuando no es absolutamente necesario.

- Bah, este blog es una puta mierda. Es endógeno/¿local?/ridículo.

- Sólo funciona con piedra santiaguesa y licor café de por medio... ¡Y vino! Y gallegos inspiradores, que no inspirados.

- Que a veces también, oye.

- Que demasiado Meridiano de Sangre puede hacerte creer que te estás bañando en la playa al lado del juez Holden.

- O en la terraza con Pepiño Carvalho...

- Que qué pena, qué abandono... Todo es tan inconsútil, como el mar ¿como el cielo?

- Podemos contar cómo nos insta el de la tienda de abajo a hacer guarradas. Aquello de "tírale, tírale, no te cortes, tú que puedes". Que asco, por dios.

- Sí, o que cuando se presencia un "papa, tengo sé, tengo sé, papa" en directo, tiene más gracia.

- Nah, si en realidad nuestra existencia no es tan interesante.

- Sí, pero "ellos" no la entenderían.
Los planes no son para el verano, las pizzas cutres y Twin Peaks, sí.

Dialogan: Maldito Hídrico & Lánguida Embiquinada.

04 julio, 2008

Nada nuevo bajo el Sol

Hoy utilizaremos los símbolos ¿? encuadrados entre dos paréntesis (…) para llamar la atención sobre aquellos términos utilizados de forma bien irónica, bien confusa, bien confusa irónicamente. Procedemos, pues, al cuerpo del texto.

“Mis-llamando-al-felino Lánguida” para los cinco lectores de Languid & Damned:

Queridos, la nueva situación circunstancial se torna contra la fémina de este site (¿?). Como bien saben, la mayor parte de nuestro tiempo y, en consecuencia, de nuestros escritos (¿?) se suceden en la ahora maravillosa ciudad de Santiago de Compostela. Y digo “ahora”, porque ahora que estoy lejos, cualquier pega que pudiese sacarle a esa ciudad plagada de perrofalutas y lacón con grelos, es inexistente (¿?) para mí. El motivo nada tiene que ver con la típica morriña gallega, pues no soy gallega, o la memoria selectiva, pues no ha pasado el tiempo suficiente desde que me vine para mi tierra natal (¿?).

No, esta nueva y renovada opinión es el resultado de darme al método comparativo (conocido de mucho antes, pero pulido y quasi destilado allá por el 1500), tiene que ver con que mi localización actual es más bien decadente tirando a decaído, y mi vida en Santiago es fácilmente exaltable desde esta nueva y aburrida perspectiva.

Si eliminas el insoportable calor y la carencia absoluta de estilo del los transeúntes y las cafeterías -por otro lado, de número hartamente reducido- pues no está mal. Puede tomarse como unos días en el pueblo, unos días para reflexionar (¿?), relajarse (¿?), estar con la familia (esto sin ¿?, es lo único bueno y la única motivación para estar por estos lares), pasear por las calles temprano mientras esas mujeres de lenguaje ininteligible se comunican mediante sonidos estridentes con aquél o aquélla que les vende o les saluda. En fin, al fin y al cabo es lo que te venden en los anuncios de la tele, ¿verdad? Una vida rural. Por cierto, que después de casi diez meses sin televisión, volver a cruzarme con ella ha sido toda una experiencia, pero eso lo dejaremos para otra ocasión (¿?) (o no).

Suscribe: Ardiente Lánguida

28 junio, 2008

Cuaderno de ¿bitácora?

De aquella entrada que pudo haber sido y no fue...

24 junio, 2008

Mi amigo Paco el Pocero

Expelidos al territorio donde moran los más de entre los mortales, nos vemos abocados a la nada gratificante tarea de hallar morada. Sí, inmobiliarias, propietarios, cambalaches, contubernios y demás entes provocadores de dolor de cabeza.


Ante semejante tesitura caben varias posibilidades morales. Después de sopesar y abandonar -parece que totalmente- la idea del suicidio ritual, tan sólo queda la búsqueda. Yo considero más factible el desarrollo de un prototipo pseudo-humano capaz de llevar a cabo tan arduo quehacer por sí mismo, que topar con la tan merecida morada digna de un alma lánguida y de unos huesos mortales. Pero, congéneres, el tiempo apremia y nos hallamos sumergidos en una espiral destructiva y kafkiana: llama por teléfono, consulta la web, concierta citas, ilusiónate y decepciónate. Todo ello ad infinitum.

Nos constriñe un vago aire de fatalidad que me niego a asumir, así que divido mi tiempo entre buscar morada y pedir a mis deidades conservar una brizna de salud mental. Y es que, amigos, ciertos zulos exigen una tirada de cordura cuando almas sensibles, como las nuestras, se adentran en ellos.
Abdico -o no- pero voto a bríos que si alguien me encuentra piso, le gratificaré con unos euricos, un polo drácula y una colección completa de películas de Marisol, Joselito y Pablito Calvo.

Queda dicho.

Suscriben: Lánguida Desterrada y Maldito Deportado

19 junio, 2008

Aviso







No, no nos hemos ido. Seguimos vivos.

08 junio, 2008

Un cúmulo de despropósitos.

Para dos personas:

· Una ensalada mixta para compartir
· Merchat du vin
· Tournedó Huntsmart
· Muga Crianza (2004)

De nuevo en nuestra línea, reflexionamos durante una hora cuál sería el próximo lugar al que honraríamos con nuestra presencia. El escogido fue el reconocido restaurante santiagués situado en rúa nova y denominado como "Don Gaiferos"(sic).

Observamos la carta y nos convenció -en parte, por el hambre-, sobre todo por las carnes y sus extravangantes nombres que agasajaban cada uno de los platos, de una excesiva explicación que, como después pudimos observar, no eran más que demagogia.
Nos adentramos en una amplia estancia y bien distribuída con la típica piedra vista y camareros bien dispuestos que nos llevaron a una mesa al fondo. Hasta aquí todo agradable.

La carta de vino era de ésas que tienen dos vinos cuyo precio no puede ser calificado de otra forma que no sea "indecente" y luego otros de 12 a 40€... Vamos, una incoherencia de las grandes. Finalmente pedimos lo único que podía pedirse: Un Muga.
Los entrantes eran los típicos platos gallegos de ayer, hoy y mañana, ya sabéis: típico pulpo, típico caldo, típico tod. Muy poco variado. Que digo yo, ¿quién se come un pulpo de entrante para luego comerse un solomillo? Pedimos la única ensalada que había en la carta: mixta.

Para abrir boca nos pusieron un cuenquito de olivicas y unas cosas que parecían capullitos de flor que eran mantequilla. No tengo nada más que añadir al respecto.

A pesar que al entrar al restaurante, Yo, Mujer, enuncié a la camarera nuestro deseo de ocupar una mesa y que, posteriormente, también Yo, Mujer, le di a conocer a la misma los alimentos de los que dispondríamos para nutrirnos, me sorprendio muy poco gratamente que no dudase lo más mínimo en dar a mi acompañante a probar el vino que beberíamos los dos.

He aquí el primer detalle que me indignó, pero no tardó en llegar la ensalada que más que mixta era cutre (¿qué ensalada que se precie lleva guisantes, judías, champiñones (de lata) y tomates pelados?). Por supuesto y para no discordar con esa estúpida costumbre gallega, el mejunje de verduras ya venía aliñado.

Aquí comenzamos a observar la horrible decoración, que tampoco desentonaba con lo que estamos acostumbrados - que no inmunizados- a ver.
Entre todos los detalles fuera de lugar, destacaba el carrito de los postres: una entidad traqueteante dotada de ruedas y cuyo fin único era la exhibición constante de los postres a pesar de que los comensales no hubiesen siquiera llegado a los entrantes.

En fin, llegan los platos principales. Los denominaremos Mejunje II. El solomillo correspondiente rodeado de una especie de lo que podríamos llamar salsa. Mi solomillo estaba estofado, y sabía a estofado y no le faltaban los (one more time) champiñones laminados de lata y los guisantes. El de mi Maldito acompañante era otro solomillo pero el ahogante potingue que lo acompañaba era de un púrpura bizarro. Vomitivo. De verdad.

Obviamente no lo comí. El que parecía el maitre o, maitriño -como dirían por estos lares- se acercó a mí entre apesaumbrado, decepcionado y triste preguntándome por qué no había tocado el plato. Mi contestación fue sutil y comedida, pues por más que la ira inyectaba mis ojos en sangre, intenté no perder la educación y la compostura. Y, aunque hubiese preferido poder comer, es un detalle a agradecer que en la cuenta no figurase mi pedido.

No tomamos postres, obviusly, y por cómo el maitriño nos acompañó hasta la puerta, sospecho que influyó en su actitud el hecho de vernos con el molesquine relatando los pormenores de nuestra despreciable velada.

¿Qué se le va a hacer? Otro sitio más al que nunca volveremos.

Suscribe: Lánguida Famélica

04 junio, 2008

Última hora -necrológicas-

El otrora prometedor vividor Giacomo Meressi hoy, 4 de Junio, ha sido hallado sin alma en su vivienda habitual. La noticia saltó cuando, al mediodía, su habitual pléyade de admiradores acudió a su hogar como todas las mañanas a observarle mientras él se escuchaba hablar.

Pero hoy, no acudió con el batín de seda -aparentemente descuidado y pulcramente sonriente- a recibirles a la puerta de sus aposentos. Estaban acostumbrados a que el maestro, ciertos y frecuentes días, les obsequiase con un dandismo decadente -al cual, el vulgo llamaría resaca-.

Sin embargo, nada les había advertido a sus fieles, de que encontrarían una puerta entreabierta y, con su bien amado post-rock como música de fondo, un cuerpo abandonado, tembloroso, postrado. Aquel discípulo de la más regia estirpe de bon vivants italianos les pedía a todos, inconsolable, perdón por existir. Les explicó que él ya no era él y que no sabía si algún día volvería a serlo. Entre sorbos apresurados a botellas de Rosso di Montepulciano y terrenales sollozos, les confesó que la noche anterior, había blasfemado de manera patética contra su alma.

Dijo que ya no era digno de ella y que no podía por más tiempo mantenerla con las vanas diversiones que -durante meses- había ofrendado a su única y amada compañera. Añadió, que dudaba de que la belleza -su épica musa- aquella con la gracia de las palabras adecuadas, la que procuraba inteligente compañía, la que permitía la callada complicidad, la que le obsequiaba siempre con la sonrisa feliz, aquella a la que juró acompañar en las noches y en los despertares, se dignase a aceptar sus físicos y metafísicos ruegos. Repetía -inconsolable- que, sin la inspiración de Calíope, estaría mal hecho el mundo.

Según testigos presenciales, sus ojos -sin el brillo de los últimos meses-, eran puras ojeras otorgadas por las pesadillas y la culpa. Delante de ellos, abjuró de si mismo y del sinsentido de su existencia.

La noticia se extendió como un reguero de whisky. Comenzaron a llegar los telegramas. Sus bien amados excompañeros de pose estética (Chatterton, Wilde, Argullol, Vegas…) le enviaron cartas reprobatorias por haber maltratado su único don. “¿Si alguien maltrata lo que ama, qué se puede esperar de él?” Le espetó -indignado y borracho- Bogart.

Según las últimas noticias -el artista anteriormente conocido como Giacomo Meressi- se ha abandonado definitivamente. Tan sólo escucha Sigur Rós e Indi Halda, la música que fue testigo de su fulgor. De sus únicos y más felices momentos vitales.

A continuación, como indigno colofón, recogemos sus únicas y crípticas declaraciones: “por las cosas revueltas que dan vueltas dentro de mí; por cosas que ni tan siquiera me atrevo a decir; por la noche pasada, y por la otra, y por aquella también; perdón por el gran sinsentido; por la gente moderna; por querer comprenderlo y, sobretodo, por no comprender; por la gran decadencia de una vida pidiendo perdón... Perdón.“

Según testigos presenciales, una vez conclusa su perorata, haciendo acopio de fuerzas, se levantó, se vistió, se ciño por última vez su pañuelo negro y dejó que una esperanza, tan irracional como bella, le guiase en su camino a ninguna parte.

Informa: Maldito Exmaldito

03 junio, 2008

La siesta de los crêpes provoca monstruos


Para dos personas:
· Ensalada para compartir.
· Crêpe de carne, pisto, picante, bechamel y tomate.
· Crêpe de ajetes, trigueros, mozzarella y bechamel.
· Dos copas de vino.
· Botella de agua.

Una mezcla entre burdel barato e institución privada para guardar niños. Eureka, he hallado la descripción perfecta para ese manufactor de comidas llamado "la creperie".

Situado en un lugar tan excesivamente privilegiado como es la mismísima plaza de Quintana, entras y lo primero que te azota es el atronante sonido de no tanta gente; después, la pésima decoración de tonos pastel y cenefas.

Apurados, te apretujan en una mesa para dos y te echan la carta encima. Describirla me supone un esfuerzo tal que prefiero gastar mis energías en improperios más productivos para con los lectores. Tan sólo diré de ella que resulta un mejunje de crêpes (todos con bechamel, que no falte... ¡más bechamel, más bechamel! ¡Es la guerra!), ensaladas que parecen dignas hasta que ves que las sirven no en un plato, no, sino en una especie de abrevadero con lecho de lechuga y los demás platos no son ni dignos de mención. No hay carta de vinos, sólo una lista de nombres que supuestamente se corresponden con bebidas y que deben conocer ellos y el anciano que los fabrica en la parte trasera de su (se me iba a escapar una barridad) puta (se me escapó) montuosa casa.
Por benevolencia hoy acepto el lanzamiento de platos como la acción de servir. Eso hicieron, uno tras otro sin siquiera retirar el anterior. Una vergüenza, una falta de profesionalidad y, ante todo, un detalle que denota mucha dejadez.

La copa de vino que nos sirvieron quedó intacta en la mesa, algo que, si ya de por sí es preocupante, más lo es si comento que nos peleábamos por ese agua de mondariz que aquí tanto gusta y que en nuestra nada humilde opinión es un fluido de charca poco destilado. Ni qué decir que nos negamos a pedir los postres y los cafés en aquel lugar. Pagamos la excesivamente generosa cuenta -sin un solo céntimo de propina, dios bendiga esta España nuestra- e, indignados, nos fuimos.

Suscribe Lánguida Indigesta

02 junio, 2008

Metamística del alma

Suena Hallelujah, versión Jeff Buckley. Misterios de la vida. Tras sucesivas y eternas canciones del infraser James Blunt -¡ay!, ojalá algún serbo/croata/kosovar hubiera tenido mejor puntería-, una extraña voluntad -u otra más informática llamada random- ha traído esto a la inconsútil y bizarra cafetería en que me -nos- encontramos.
Y esta perorata, ¿para qué coño?. Como introducción de un cósmico concepto al que algunos llaman "director de cine de nuestra vida cotidiana".

-Advertencia, modo surreal:"on"- El transcriptor no se hace responsable de las incoherencias vertidas a continuación.

El director de cine de nuestra vida cotidiana posee varios atributos. El primigenio, fue el de dotar de componente musical a nuestros actos. Existe la variedad sutil -cuando nos vienen melodías a nuestra linda cabecica- o la épica, ¡la homérica!. Me refiero a los epifánicos momentos en los que canciones suenan y sabemos que esas y sólo esas, son las que deberían sonar en ese mero instante. Lo reconocemos por una vaga sensación de irrealidad y de coherencia ontológica transitoria.

Pero entremos en fangos metafísicos. Los planos más complejos de nuestra alma, tan sólo dependen del voluble caracter de nuestro cinematógrafo privado e intransferible. Desengañaros de otras tontunas que os hayan contado... supercherías.

Grosso modo, espacio-temporalmente podemos distinguir varias escuelas:

- Norteamericano spilberiano: se reconoce a estas personas por su afán de notoriedad, por su desmesurado afán de que todo orbite a su alrededor y por buscar el don de agradar baudelariano de la manera más zafia posible: rebajándose al nivel de la turba.

- Norteamericano alleniano: bajo un halo de timidez, tampoco renuncia al centro de atención. Estos individuos buscan alcanzarlo no por la palabrería vana, si no por el ridículo. Por la universal conmiseración, que se nos presupone a todos hacia el patán, el torpe y el feo. ¿Ustedes la sienten? Yo tampoco.

- Latino felliniano: todo resulta escaso. Más color, más botellas, más alto, más dispendio... suele durar un tiempo y luego desembocar en otro estado cinematográfico o en el óbito gargantuesco. Demasiado fulgor para un solo alma. Arquetipo: Mynheer Peeperkorn.

- Británico Wodehouse -sí, lo sé, es escritor, pero aquí soy yo el que manda-. Ciertos reparos, les impiden participar de la vida a fondo, a no ser que se impongan los imprescindibles guantes. Salir de sus reductos, plenos de clase y decadencia, resultaría mezclarse demasiado con la materia corrupta que invade todo, entorpeciendo la belleza. Si es que ya nada es lo que era...

- Nórdico Bergmaniano: ni contigo, ni sin ti. Todo es metafísico, duro e incomprensible. Capaz de quedarse mirando una bandada de pájaros, o un vaso de agua con burbujicas y defender una teoría sobre la incapacidad metamística de conocerse a uno mismo -a los demás ya ni te cuento...-. Muy, pero que muy atormentado.

P.S: mi director de cine cotidiano es un cachondo. Ahora me deleita con Franco Battiato y su "yo quiero verte danzar". Probablemente, se ha cabreado por desvelar su existencia al vulgo. A esto, se le llama "Justicia cósmica", pero esto -queridos míos- sería otra historia.

Suscribe Maldito cinéfilo

01 junio, 2008

Asueto dominical

La desgracia se cierne sobre nuestras lánguidas y malditas almas.

Como entes en proceso de decadencia que somos, nos guarecemos del soleado día para disfrutar del dominical desayuno en el lugar de Santiago cuyo auge queda ya en un pasado más que ulterior.
Aquí puedes encontrar de todo; desde matrimonios ancianíticos que siguen pensando que este sitio es lo más y familias de turistas que no saben dónde meterse, hasta nosotros, que hemos encontrado una estancia recóndita donde nadie más entra y parece que tenemos el reservado VDP -very damned person-.

Pero esta no es nuestra desgracia -al menos no la más grande ni acuciante-, sino el hecho de que ni una masa entera de incompetentes camareros ha podido frenar el impulso incontenible de un hombre que se ha empeñado en tocar el piano.
Desde nuestra estancia privada no se veía nada, sólo comenzamos a oír el piano de pronto: horrible. El Señor Maldito comenzó a resoplar y chasquear la lengua, cada vez con más indignación, comenzó a pasar las páginas del periódico cada vez con más fuerza, levantaba la mirada hacia la puerta por donde entraba el estruendoso sonido... El ente seguía aporreando el -por otro lado- bellísimo piano de cola. Éste no aguanta más, se levanta indignado y va hacia la puerta, la abre, sale, vuelve:

- Bah, sólo es un borracho -dice asqueado con un ademán de desprecio.

La música cesa.

Expelido por Lánguida.

29 mayo, 2008

Entrevista a Giacomo Meressi


En "A Curtidoría":
· Un Corral de Campanares (tinta de toro, 2006)
· Compartimos una parrillada de verduras
· Él: solomillo de buey al romero
· Yo: solomillo de ternera a la mostaza de Dijon y flan de arroz
· Manhatan de Mango con chocolate
· Copón de espuma de chocolate blanco, frutas del bosque y menta.


Son más de las diez, se acaba de hacer de noche y llueve. Llego a la puerta del restaurante y me peleo con el cadáver de lo que fue mi paraguas para intentar cerrarlo. Me adecento y por fin lo diviso en la zona habilitada para fumadores: una instancia perfectamente cuadrada con grandes ventanales, una mesita del servicio en el centro y él, en una mesa para dos, leyendo Goya y el abismo del alma, de László Földény mientras fuma uno de sus Wilde. Al verme, me recibe con dos cálidos besos y nos sentamos.

Yo ya he sacado la libreta, pero nos dedicamos a comentar lo bonito del sitio y degustar el vino que nos parece una excelente elección. Cada detalle en este lugar parece cuidado, todo es un perfecto agregado de elementos que dan al lugar el toque perfecto de elegancia y tranquilidad.


Aunque odio romper el ambiente de familiaridad al que estamos acostumbrados, saco la pluma:

Yo. Lo siento, Giacomo, pero vamos a tener que ponernos serios (risas). Es bien sabido que el haber sido galardonado con el premio Loewe supuso el empujón necesario para tu carrera. Si bien la obra con la que te proyectaste tuvo gran acogida, ahora tus antiguos proyectos se han revalorizado. Pero, ¿en qué estás trabajando ahora mismo?
Giacomo. Por un lado, trabajo sobre una serie de relatos breves y, por otro, sigo dedicando todo el tiempo posible a la serie de actos desordenados. Y la formación; eso siempre. Con esto y sobrevivir tengo suficiente.

Y. Tengo entendido que también has colaborado con Estrella Sánchez, qué lujazo.
G. Sí, ha sido un placer. Cuando esbozó la idea me maravilló. Es un tríptico con unos grabados acompañado de unos versos míos... Pero lo más importante es haber colaborado con ella siendo, sin duda, una de mis mayores influencias.
Y. Ahora que lo comentas, tus influencias hasta el día de hoy han sido claras, pero ¿qué influye en las obras en las que estás trabajando?
G. Me siento afortunado, pues últimamente he estado en contacto con personas que me han mostrando y enseñado sobre ciertos campos como la filosofía, la psicología, etc., lo que ha ayudado a enriquecer mi obra, sin duda. Aunque, si he de ser sincero, no es la etapa más proclive a la creación, pues aunque me gusta ser feliz, me siento más en una época de siembra que de recolección.

Y. La formación de la que antes hablabas, hacía referencia a sus estudios sobre neurociencias. ¿Cómo afecta esto a su creación?
G. La entorpece profundamente. Me quita mucho tiempo libre y me insta a estar rodeado de ineptos cientifcistas-materialistas.


No aguanto la risa. Conozco a este no tan joven artista desde que no era ni joven y verlo aquí con un pie en el mundo de la ciencia dura y la mente en el arte y la belleza me resulta una paradoja del destino.
Disfrutamos de los postres y llegan los cafés. Las primeras bocanadas de los respectivos pitillos son en silencio.


Y. ¿Tienes planes a largo plazo?
G. La muerte, más allá de eso no sé nada.

Y. Y, ¿qué hay de las confabulaciones con Rafael Argullol? (risas)
G. Pues ayer mismo estuve hablando con Rafa, me llamó para ver si podía echarle una mano con unos cursos en la P&F. Le dije que sí, por supuesto.

Y. Bueno, ahora me vas a permitir que entre un poco en materia rosa.
G. Ya veo por dónde vas -se ríe.
Y. ¿Cómo fue la visita a la Zarzuela?
G. Pues cuando me envió la invitación, le pregunté si podía ir acompañado por mi circo de enanos y putas, para emular a las antiguas tradiciones lúdicas de los Borbones -se ríe sonora y malignamente-. No, en serio, estuvo muy bien. Además fui acompañado de una amiga.

Y. ¿Quieres profundizar más acerca de esa amiga?
G. ¡Hombre! Creo que ya he profundizado bastante.

Y. Voy a ir finalizando, si no te importa. Ya sabes lo mucho que me desagrada, pero esta pregunta es inevitable: ¿qué opinas de la crisis del PP?
G. Yo es que soy más de UCD... Los afiliados somos Suárez y yo... Y él ni se acuerda.


Nos hemos pasado la velada riendo, sobre todo después de media botella de vino. Pero ya se hace tarde y no son horas para la gente bien. Los cafés están agotados, los restos de varios cigarrilos se ahogan en el agua del cenicero y los ventanales de la sala de fumadores comienzan a empañarse: llevamos aquí más de dos horas.
Ya en la puerta él se despide con otros dos besos y su típico "hasta pronto" que me deja los labios húmedos. Está claro, esta noche me procuraré un orgasmo pensando en él.

Suscribe: Lánguida Excitada

28 mayo, 2008

Para qué...



Hastío. Spleen. Hacedía.

Eso somos nosotros hoy.
Arrastrándonos de un bar a otro.
Soportando lo insoportable.

¿Vivir? Eso ya lo harán nuestros criados por nosotros.

No Suscriben: Lánguida ("no sé, me da igual") y Maldito ("pues yo no voy a poner nada")...

27 mayo, 2008

El paraíso del estilo

Nada se ha comentado hasta el momento de los realizadores de este blog y, por supuesto, no procederé ahora a desentrañar los nada misteriosos detalles de nuestras existencias.

Sin embargo, y tras leer la anterior publicación, me veo llamada a comentar la incómoda coyuntura en la que mi compañero me sitúa, pues no es nimio el esfuerzo que me supone ponerme a la altura. Y ahora procedería a describir sus aptitudes y el por qué de cierta idolatría que me suscita, pero eso sería darme a lo que me negué en las primeras líneas.
Procedo, pues, al quid del texto.

Debo haceros partícipes, queridos lectores, de la indignación que nos supone a aquellos que apreciamos en mayor o menor medida la elegancia, el simple hecho de caminar por la calle. Comprendo -más bien me esfuerzo en comprender mediante el análisis fenomenológico- la actitud rebañil que se ha implantado en la sociedad, comprendo -al anterior inciso me remito- que la masa femenina se amontone en las cajas y probadores de los Stradivarius (sin menciones al oprobio que supone para el originario del nombre), los Bershkas o los Zaras, comprendo -idem- la necesidad de destacar no destacando, et cetera.

Mas no comprendo cómo estas féminas tan preocupadas por engordar sus armarios con ropa de moda (que hasta hace nada podía ser considerada demodé) carecen de la necesidad de llevarla con elegancia, con estilo.
Bien es cierto que no todos nacemos con el porte adecuado o con unos andares dignos de un tacón de once centímetros... ¡Pues educáos o morid!

Es imposible a día de hoy pretender la abolición de las tendencias que tienden al olvido momentáneo, por lo que yo abogo por el cuidado del detalle, del perfume bien escogido (¡no a la colonia de mora después de los 15 años! ¡No a las bailarinas con tachuelas o a los bolsos cegadores!), abogo por el bolso a conjunto con los zapatos, por el pañuelo y el foulard, por los andares erguidos, los peinados dignos, por la muerte de las mechas caoba sobre rubio o rubias sobre oscuro...

No puedo evitar recordar a Marlene Dietrich, y su gran frase en Testigo de Cargo (Billy Wilder): "Nunca me desmayo por miedo a no hacerlo con elegancia". Gran mujer.

Abogo, señores, por un ápice de dignidad.
Si no lo hacen por ustedes, háganlo por nosotros. Como diría el señor Vegas, no nos hagan correr el peligro de perder la razón.

Suscribe: Lánguida Iracunda.

El paraíso de los sombreros

La estética, la moda y la sociedad forman un todo imbricado en el cual, casi nunca, resulta posible delimitar épocas, tendencias y movimientos. Nos movemos en la tiranía del primavera/verano y del otoño/invierno. Se nos aborrega con obligaciones irrenunciables: ahora pitillos, ahora pantalones de campana, ora camisas con chorreras, ora transparencias. ¡A la mierda!

¿Dónde están los sombreros? ¿Las capas? ¿Los trajes de tres piezas? ¿Alguien permite una partida de póker sin un chaleco y una camisa blanca? ¿Se puede beber un whisky con una gorra en la cabeza? Quizás sí, pero tan sólo ese sucedáneo bastardo llamado Bourbon.

Me encomiendo a Dean Martin, a Morrissey, a Mr. Wilde y al gran Bogart.

Los que tengan el don innato de la elegancia, loados sean. Para el resto, el rechinar de dientes. El luchar por estirar el cuello y respirar más allá de este marasmo anodino y patético de P&B, H&M y putas mierdas varias.

Apuro mi copa, estrujo mi cigarro contra el cenicero y, airado, demuestro mi desprecio con un efectivo -y efectista- pañuelo negro al viento. Si es necesario, iré desnudo. Pero no dejaré que me vistan ignominiosos seres, movidos por Dios sabe qué motivaciones antiestéticas y pro pensamiento único.

Abracémonos pues, estas señales -indudablemente- anteceden el Apocalipsis.

Suscribe: Maldito Indignado.

25 mayo, 2008

Ágapes y Viandas

Somos dos entes de juventud latente cuya situación geográfica es un lugar que todo el mundo adora y que nosotros -por diversas y no discutibles razones- consideramos un agujero perdido de la mano de dios: Santiago de Compostela.

Entre nuestras múltiples preferencias está la de degustar y en ocasiones sufrir la gastronomía santiaguesa (si surge, también de otros lugares de los que hablaremos más adelante). Y dado que también entra en nuestro multiples quehaceres la acción de denunciar, pues a ello nos daremos a continuación.

Dedicaremos múltiples litros de teletinta a descubrir los lugares dignos que frecuentamos y desenmascarar aquellos antros a los que acudimos una vez y no nos levantamos y nos fuimos por educación. Algunos de ellos tendrán el honor de recibir grandes elogios por nuestra parte, otros (la mayoría) quedarán temblando después de la emisión de nuestro juicio.


Crítica gastronomica: Casa Pepe

Casa Pepe es un bar de dos plantas, que se sitúa haciendo esquina en la Plaza de San Agustín y que podéis encontrar abierto todos los días desde la mañana hasta las doce aprox. No es extremadamente amplio, pero sí muy agradable. Tiene una amplia carta de vinos y las tapas que sirven están muy bien. Además hay una gran cantidad de tablas de patés, quesos, ibéricos, etc., pinchos, tostas y los mejores bocadillos de Santiago, casi tan buenos como la relación calidad/precio del sitio. En el servicio podéis encontrar una amplia gama de camareros eventuales y dos fijos: el jefe y una chica hiperactiva muy simpática. La decoración no es excesiva, bastante adecuada y la gente que frecuenta el lugar no lo convierte en un club de alterne, algo de agradecer.

Estos son mis pros. A continuación, cedo la palabra a mi maldito compañero.

Si bien Casa Pepe, como mi lánguida coinquilina ha indicado, se caracteriza por la calidad de sus viandas, debe hacerse notar que esto depende en un factor nada despreciable: el Azar. Tanto terminología, tamaño como contenido, dependen del humor y del camarero que depare el destino. Por no decir, que te puedes encontrar con la agradable afirmación: “hay demasiada gente, no te podemos hacer nada de comer”. Consultar vuestro tarot, horóscopos y quiromantes antes de venir. Un detalle no baladí, es que carece de precio reducido para la adquisición de vinos. Servidor, ha comprado -para la degustación casera- varias botellas en el local y he tenido que aflojar la gallina igual que si fuera a quedarme en el local. Un detalle así, en mi opinión, denota descuido. Por no hablar de la música, aleatoria en sus intérpretes y constante en su calidad: mala.

24 mayo, 2008

"La estupidez es el principio de la seriedad"



La languidez y el malditismo son dos actitudes peligrosas. Carecen del suficiente periodo de prueba para conocer los efectos de su mezcla. Una sola cosa se puede dar por segura. Aseguran holismo: es decir, un todo mayor que la suma de sus partes.

¿Y por qué un blog? Que sí, que ya está demodé, que ya pertenece a otra generación, pero es que ni el mejor siglo es este, ni la mejor década los 80. Que hay mucho tópico que derrocar y mucha tontuna por escribir.

Asumir un compromiso -aún está por decidir cuál- para con los que lleguen (seamos uno o cien, sobrios o borrachos) constituye un punto de partida irrevocable.

El holismo es genio & locura, Vegas & Rosenvinge, Whisky & hielo, rojo & negro, Fleischman & O´Connell, Zoidberg & Farnsworth, Hegel & Dostoievsky...

Se admiten sugerencias, amenazas e intentos de asesinato -siempre que sean con elegancia-. Las cosas buenas, en el supuesto de que las haya, serán por casualidad.

Nosotros por nuestra parte, tan sólo, nos excusamos por existir.


Por: Lánguida & Maldito