y los libros hablaban y hablaban
pero Dios iba diciendo
pronto se acabará el mundo

Leopoldo Panero

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12 enero, 2009

Clichés demodé

Niño es un embaucador capaz de sacarle cuartos a su padre durante cincuenta y un santos años para explorar el abismo, la antesala de la nada y -entre otras ridículas y pretenciosas cosas- el lago más alto del mundo donde reposan todas las almas de todos los muertos de toda la existencia.

Partiendo de este personaje de Vila-Matas pienso sobre la honestidad -o en este caso sobre la falta de- en ciertas personas que engañan al tiempo sin querer afrontar ciertos pasos supuestamente iniciáticos que rigen esta sociedad. Véase: buscar trabajo, contribuir al engranaje social, casarse, procrear y morir. Me considero bastante incapaz para aceptar casi todos de estos pasos voluntariamente. Me da pereza. ¿Tan grave es?  Debería haber un reconocimiento lo suficiente profundo y acertado para separar la clase diletante de la laboriosa. El zángano del obrero. El mandado y el aristócrata. Quizás esto sea por mi reciente descubrimiento del Antimodernismo (antidemócrata, antiilustración, reconocimiento del pecado capital, melancólico, gustoso de lo sublime y proclive al vituperio) o mi más último cliché (el cuál mi adorada lánguida lleva días soportando), el de retrorromántico. Pues eso, que me descubro como actor, que admito que imposto mi voz y como ser en rebelión que contiene multitudes lo guitaré hacia quien no le quede otra opción que oirme: 

- Soy un niño antimoderno y retrorromántico. He dicho.

Suscribe: Maldito splínico
No suscribe lo dicho: Lánguida desdiciente. 

26 diciembre, 2008

Los alternativillos también celebran la navidad.


La navidad es una época que pasa factura. Y no, no hablo del malestar que produce el pasar días y días ingiriendo comida como si fuésemos a hibernar ni del mal de conciencia tras poner mil caras de sorpresa y alegría al recibir otros calcetines como regalo.

Esta época me produce un cierto hastío y cansancio crónico sustentado en gran parte en un dolor de cabeza que suele venir producido por gritos, panderetas y villancicos cantados por niños castrati. Se suma a esto el desagrado estético que produce la carente y decadente decoración navideña, pero me irrita demasiado y perdería las formas comentándolo así que hablaré de los villancicos.

Los villancicos son una cosa fea, absolutamente religiosa y, según quién los cante, también desagradables. Sin embargo y para mi sorpresa, ha comenzado a proliferar en la escena indi la costumbre de villanciquear indimente. Al principio deseché la idea siquiera de informarme, sin embargo, ayer me llevé una gran alegría al encontrar a la Rosen cantando "Noche de paz" y una versión de "Hallelujah". No me parece tan mal, la verdad.
Ya hace como una semana me la encontré en los conciertos de Radio3 y ahora me la vuelvo a encontrar en el especial. Si es que me persigue esta mujer, y yo mucho que se lo agradezco.

¿Ves? Si es que puede uno salir en la tele sin vender su alma al diablo.

17 noviembre, 2008

De cómo no quisimos coger un avión y ¡voto a bríos! que no volveremos a coger un tren



























¡Cucutrás!

Resulta increíble la cantidad de cosas que pueden ocurrir entre cinco días y cuatro trenes...

Cinco días que han sido como cinco vidas: jam session de poesía adolescente, cócteles, más cócteles, bares rocabili, pies doloridos, muchos pieses doloridos, librerías y libros, Rembrandt y esculturas grecoromanas divinas (que pa' mí las quisiera), gente insoportable en los trenes, gente encantadora en los bares, mostales psicodélicos (nave espacial incluída), dificultades logísticas con la comida asiática, chalecos de piel de serpiente y ex-brokers que cuentan chistes malos... Patologías freudianas con galicia y los gallegos, pastís, Jordi -ese gran Jordi-, restaurantes que parecen malos y son peores, caminar aunque mucho taxi, restaurantes que parecían buenos y eran mejores, mucho tren con arcoiris llevaderos...

Pero sobre todo Sigur y su concierto. Ros y la magia. Días intensos, para nada extraños que rememoran un anterior noviembre -mejorándolo- y que nos acercan al gran próximo acontecimiento mundial (no, no es ninguna otra reunión de G-20 con invitados) me refiero otro desastre, en este caso Manifiesto. Guiño, guiño.



Tal vez más información y referencias en ulteriores entradas.

Suscriben: Lánguida y Maldito Islandeses.

17 julio, 2008

Estivoides.


- ¿Sobre qué vamos a escribir hoy?

- Sobre lo duro que se hace ser maldito en verano, con tan poca ropa. Llevar las gafas de sol da clase cuando no es absolutamente necesario.

- Bah, este blog es una puta mierda. Es endógeno/¿local?/ridículo.

- Sólo funciona con piedra santiaguesa y licor café de por medio... ¡Y vino! Y gallegos inspiradores, que no inspirados.

- Que a veces también, oye.

- Que demasiado Meridiano de Sangre puede hacerte creer que te estás bañando en la playa al lado del juez Holden.

- O en la terraza con Pepiño Carvalho...

- Que qué pena, qué abandono... Todo es tan inconsútil, como el mar ¿como el cielo?

- Podemos contar cómo nos insta el de la tienda de abajo a hacer guarradas. Aquello de "tírale, tírale, no te cortes, tú que puedes". Que asco, por dios.

- Sí, o que cuando se presencia un "papa, tengo sé, tengo sé, papa" en directo, tiene más gracia.

- Nah, si en realidad nuestra existencia no es tan interesante.

- Sí, pero "ellos" no la entenderían.
Los planes no son para el verano, las pizzas cutres y Twin Peaks, sí.

Dialogan: Maldito Hídrico & Lánguida Embiquinada.

04 julio, 2008

Nada nuevo bajo el Sol

Hoy utilizaremos los símbolos ¿? encuadrados entre dos paréntesis (…) para llamar la atención sobre aquellos términos utilizados de forma bien irónica, bien confusa, bien confusa irónicamente. Procedemos, pues, al cuerpo del texto.

“Mis-llamando-al-felino Lánguida” para los cinco lectores de Languid & Damned:

Queridos, la nueva situación circunstancial se torna contra la fémina de este site (¿?). Como bien saben, la mayor parte de nuestro tiempo y, en consecuencia, de nuestros escritos (¿?) se suceden en la ahora maravillosa ciudad de Santiago de Compostela. Y digo “ahora”, porque ahora que estoy lejos, cualquier pega que pudiese sacarle a esa ciudad plagada de perrofalutas y lacón con grelos, es inexistente (¿?) para mí. El motivo nada tiene que ver con la típica morriña gallega, pues no soy gallega, o la memoria selectiva, pues no ha pasado el tiempo suficiente desde que me vine para mi tierra natal (¿?).

No, esta nueva y renovada opinión es el resultado de darme al método comparativo (conocido de mucho antes, pero pulido y quasi destilado allá por el 1500), tiene que ver con que mi localización actual es más bien decadente tirando a decaído, y mi vida en Santiago es fácilmente exaltable desde esta nueva y aburrida perspectiva.

Si eliminas el insoportable calor y la carencia absoluta de estilo del los transeúntes y las cafeterías -por otro lado, de número hartamente reducido- pues no está mal. Puede tomarse como unos días en el pueblo, unos días para reflexionar (¿?), relajarse (¿?), estar con la familia (esto sin ¿?, es lo único bueno y la única motivación para estar por estos lares), pasear por las calles temprano mientras esas mujeres de lenguaje ininteligible se comunican mediante sonidos estridentes con aquél o aquélla que les vende o les saluda. En fin, al fin y al cabo es lo que te venden en los anuncios de la tele, ¿verdad? Una vida rural. Por cierto, que después de casi diez meses sin televisión, volver a cruzarme con ella ha sido toda una experiencia, pero eso lo dejaremos para otra ocasión (¿?) (o no).

Suscribe: Ardiente Lánguida

24 junio, 2008

Mi amigo Paco el Pocero

Expelidos al territorio donde moran los más de entre los mortales, nos vemos abocados a la nada gratificante tarea de hallar morada. Sí, inmobiliarias, propietarios, cambalaches, contubernios y demás entes provocadores de dolor de cabeza.


Ante semejante tesitura caben varias posibilidades morales. Después de sopesar y abandonar -parece que totalmente- la idea del suicidio ritual, tan sólo queda la búsqueda. Yo considero más factible el desarrollo de un prototipo pseudo-humano capaz de llevar a cabo tan arduo quehacer por sí mismo, que topar con la tan merecida morada digna de un alma lánguida y de unos huesos mortales. Pero, congéneres, el tiempo apremia y nos hallamos sumergidos en una espiral destructiva y kafkiana: llama por teléfono, consulta la web, concierta citas, ilusiónate y decepciónate. Todo ello ad infinitum.

Nos constriñe un vago aire de fatalidad que me niego a asumir, así que divido mi tiempo entre buscar morada y pedir a mis deidades conservar una brizna de salud mental. Y es que, amigos, ciertos zulos exigen una tirada de cordura cuando almas sensibles, como las nuestras, se adentran en ellos.
Abdico -o no- pero voto a bríos que si alguien me encuentra piso, le gratificaré con unos euricos, un polo drácula y una colección completa de películas de Marisol, Joselito y Pablito Calvo.

Queda dicho.

Suscriben: Lánguida Desterrada y Maldito Deportado

19 junio, 2008

Aviso







No, no nos hemos ido. Seguimos vivos.

28 mayo, 2008

Para qué...



Hastío. Spleen. Hacedía.

Eso somos nosotros hoy.
Arrastrándonos de un bar a otro.
Soportando lo insoportable.

¿Vivir? Eso ya lo harán nuestros criados por nosotros.

No Suscriben: Lánguida ("no sé, me da igual") y Maldito ("pues yo no voy a poner nada")...