y los libros hablaban y hablaban
pero Dios iba diciendo
pronto se acabará el mundo

Leopoldo Panero

29 mayo, 2008

Entrevista a Giacomo Meressi


En "A Curtidoría":
· Un Corral de Campanares (tinta de toro, 2006)
· Compartimos una parrillada de verduras
· Él: solomillo de buey al romero
· Yo: solomillo de ternera a la mostaza de Dijon y flan de arroz
· Manhatan de Mango con chocolate
· Copón de espuma de chocolate blanco, frutas del bosque y menta.


Son más de las diez, se acaba de hacer de noche y llueve. Llego a la puerta del restaurante y me peleo con el cadáver de lo que fue mi paraguas para intentar cerrarlo. Me adecento y por fin lo diviso en la zona habilitada para fumadores: una instancia perfectamente cuadrada con grandes ventanales, una mesita del servicio en el centro y él, en una mesa para dos, leyendo Goya y el abismo del alma, de László Földény mientras fuma uno de sus Wilde. Al verme, me recibe con dos cálidos besos y nos sentamos.

Yo ya he sacado la libreta, pero nos dedicamos a comentar lo bonito del sitio y degustar el vino que nos parece una excelente elección. Cada detalle en este lugar parece cuidado, todo es un perfecto agregado de elementos que dan al lugar el toque perfecto de elegancia y tranquilidad.


Aunque odio romper el ambiente de familiaridad al que estamos acostumbrados, saco la pluma:

Yo. Lo siento, Giacomo, pero vamos a tener que ponernos serios (risas). Es bien sabido que el haber sido galardonado con el premio Loewe supuso el empujón necesario para tu carrera. Si bien la obra con la que te proyectaste tuvo gran acogida, ahora tus antiguos proyectos se han revalorizado. Pero, ¿en qué estás trabajando ahora mismo?
Giacomo. Por un lado, trabajo sobre una serie de relatos breves y, por otro, sigo dedicando todo el tiempo posible a la serie de actos desordenados. Y la formación; eso siempre. Con esto y sobrevivir tengo suficiente.

Y. Tengo entendido que también has colaborado con Estrella Sánchez, qué lujazo.
G. Sí, ha sido un placer. Cuando esbozó la idea me maravilló. Es un tríptico con unos grabados acompañado de unos versos míos... Pero lo más importante es haber colaborado con ella siendo, sin duda, una de mis mayores influencias.
Y. Ahora que lo comentas, tus influencias hasta el día de hoy han sido claras, pero ¿qué influye en las obras en las que estás trabajando?
G. Me siento afortunado, pues últimamente he estado en contacto con personas que me han mostrando y enseñado sobre ciertos campos como la filosofía, la psicología, etc., lo que ha ayudado a enriquecer mi obra, sin duda. Aunque, si he de ser sincero, no es la etapa más proclive a la creación, pues aunque me gusta ser feliz, me siento más en una época de siembra que de recolección.

Y. La formación de la que antes hablabas, hacía referencia a sus estudios sobre neurociencias. ¿Cómo afecta esto a su creación?
G. La entorpece profundamente. Me quita mucho tiempo libre y me insta a estar rodeado de ineptos cientifcistas-materialistas.


No aguanto la risa. Conozco a este no tan joven artista desde que no era ni joven y verlo aquí con un pie en el mundo de la ciencia dura y la mente en el arte y la belleza me resulta una paradoja del destino.
Disfrutamos de los postres y llegan los cafés. Las primeras bocanadas de los respectivos pitillos son en silencio.


Y. ¿Tienes planes a largo plazo?
G. La muerte, más allá de eso no sé nada.

Y. Y, ¿qué hay de las confabulaciones con Rafael Argullol? (risas)
G. Pues ayer mismo estuve hablando con Rafa, me llamó para ver si podía echarle una mano con unos cursos en la P&F. Le dije que sí, por supuesto.

Y. Bueno, ahora me vas a permitir que entre un poco en materia rosa.
G. Ya veo por dónde vas -se ríe.
Y. ¿Cómo fue la visita a la Zarzuela?
G. Pues cuando me envió la invitación, le pregunté si podía ir acompañado por mi circo de enanos y putas, para emular a las antiguas tradiciones lúdicas de los Borbones -se ríe sonora y malignamente-. No, en serio, estuvo muy bien. Además fui acompañado de una amiga.

Y. ¿Quieres profundizar más acerca de esa amiga?
G. ¡Hombre! Creo que ya he profundizado bastante.

Y. Voy a ir finalizando, si no te importa. Ya sabes lo mucho que me desagrada, pero esta pregunta es inevitable: ¿qué opinas de la crisis del PP?
G. Yo es que soy más de UCD... Los afiliados somos Suárez y yo... Y él ni se acuerda.


Nos hemos pasado la velada riendo, sobre todo después de media botella de vino. Pero ya se hace tarde y no son horas para la gente bien. Los cafés están agotados, los restos de varios cigarrilos se ahogan en el agua del cenicero y los ventanales de la sala de fumadores comienzan a empañarse: llevamos aquí más de dos horas.
Ya en la puerta él se despide con otros dos besos y su típico "hasta pronto" que me deja los labios húmedos. Está claro, esta noche me procuraré un orgasmo pensando en él.

Suscribe: Lánguida Excitada

28 mayo, 2008

Para qué...



Hastío. Spleen. Hacedía.

Eso somos nosotros hoy.
Arrastrándonos de un bar a otro.
Soportando lo insoportable.

¿Vivir? Eso ya lo harán nuestros criados por nosotros.

No Suscriben: Lánguida ("no sé, me da igual") y Maldito ("pues yo no voy a poner nada")...

27 mayo, 2008

El paraíso del estilo

Nada se ha comentado hasta el momento de los realizadores de este blog y, por supuesto, no procederé ahora a desentrañar los nada misteriosos detalles de nuestras existencias.

Sin embargo, y tras leer la anterior publicación, me veo llamada a comentar la incómoda coyuntura en la que mi compañero me sitúa, pues no es nimio el esfuerzo que me supone ponerme a la altura. Y ahora procedería a describir sus aptitudes y el por qué de cierta idolatría que me suscita, pero eso sería darme a lo que me negué en las primeras líneas.
Procedo, pues, al quid del texto.

Debo haceros partícipes, queridos lectores, de la indignación que nos supone a aquellos que apreciamos en mayor o menor medida la elegancia, el simple hecho de caminar por la calle. Comprendo -más bien me esfuerzo en comprender mediante el análisis fenomenológico- la actitud rebañil que se ha implantado en la sociedad, comprendo -al anterior inciso me remito- que la masa femenina se amontone en las cajas y probadores de los Stradivarius (sin menciones al oprobio que supone para el originario del nombre), los Bershkas o los Zaras, comprendo -idem- la necesidad de destacar no destacando, et cetera.

Mas no comprendo cómo estas féminas tan preocupadas por engordar sus armarios con ropa de moda (que hasta hace nada podía ser considerada demodé) carecen de la necesidad de llevarla con elegancia, con estilo.
Bien es cierto que no todos nacemos con el porte adecuado o con unos andares dignos de un tacón de once centímetros... ¡Pues educáos o morid!

Es imposible a día de hoy pretender la abolición de las tendencias que tienden al olvido momentáneo, por lo que yo abogo por el cuidado del detalle, del perfume bien escogido (¡no a la colonia de mora después de los 15 años! ¡No a las bailarinas con tachuelas o a los bolsos cegadores!), abogo por el bolso a conjunto con los zapatos, por el pañuelo y el foulard, por los andares erguidos, los peinados dignos, por la muerte de las mechas caoba sobre rubio o rubias sobre oscuro...

No puedo evitar recordar a Marlene Dietrich, y su gran frase en Testigo de Cargo (Billy Wilder): "Nunca me desmayo por miedo a no hacerlo con elegancia". Gran mujer.

Abogo, señores, por un ápice de dignidad.
Si no lo hacen por ustedes, háganlo por nosotros. Como diría el señor Vegas, no nos hagan correr el peligro de perder la razón.

Suscribe: Lánguida Iracunda.

El paraíso de los sombreros

La estética, la moda y la sociedad forman un todo imbricado en el cual, casi nunca, resulta posible delimitar épocas, tendencias y movimientos. Nos movemos en la tiranía del primavera/verano y del otoño/invierno. Se nos aborrega con obligaciones irrenunciables: ahora pitillos, ahora pantalones de campana, ora camisas con chorreras, ora transparencias. ¡A la mierda!

¿Dónde están los sombreros? ¿Las capas? ¿Los trajes de tres piezas? ¿Alguien permite una partida de póker sin un chaleco y una camisa blanca? ¿Se puede beber un whisky con una gorra en la cabeza? Quizás sí, pero tan sólo ese sucedáneo bastardo llamado Bourbon.

Me encomiendo a Dean Martin, a Morrissey, a Mr. Wilde y al gran Bogart.

Los que tengan el don innato de la elegancia, loados sean. Para el resto, el rechinar de dientes. El luchar por estirar el cuello y respirar más allá de este marasmo anodino y patético de P&B, H&M y putas mierdas varias.

Apuro mi copa, estrujo mi cigarro contra el cenicero y, airado, demuestro mi desprecio con un efectivo -y efectista- pañuelo negro al viento. Si es necesario, iré desnudo. Pero no dejaré que me vistan ignominiosos seres, movidos por Dios sabe qué motivaciones antiestéticas y pro pensamiento único.

Abracémonos pues, estas señales -indudablemente- anteceden el Apocalipsis.

Suscribe: Maldito Indignado.

25 mayo, 2008

Ágapes y Viandas

Somos dos entes de juventud latente cuya situación geográfica es un lugar que todo el mundo adora y que nosotros -por diversas y no discutibles razones- consideramos un agujero perdido de la mano de dios: Santiago de Compostela.

Entre nuestras múltiples preferencias está la de degustar y en ocasiones sufrir la gastronomía santiaguesa (si surge, también de otros lugares de los que hablaremos más adelante). Y dado que también entra en nuestro multiples quehaceres la acción de denunciar, pues a ello nos daremos a continuación.

Dedicaremos múltiples litros de teletinta a descubrir los lugares dignos que frecuentamos y desenmascarar aquellos antros a los que acudimos una vez y no nos levantamos y nos fuimos por educación. Algunos de ellos tendrán el honor de recibir grandes elogios por nuestra parte, otros (la mayoría) quedarán temblando después de la emisión de nuestro juicio.


Crítica gastronomica: Casa Pepe

Casa Pepe es un bar de dos plantas, que se sitúa haciendo esquina en la Plaza de San Agustín y que podéis encontrar abierto todos los días desde la mañana hasta las doce aprox. No es extremadamente amplio, pero sí muy agradable. Tiene una amplia carta de vinos y las tapas que sirven están muy bien. Además hay una gran cantidad de tablas de patés, quesos, ibéricos, etc., pinchos, tostas y los mejores bocadillos de Santiago, casi tan buenos como la relación calidad/precio del sitio. En el servicio podéis encontrar una amplia gama de camareros eventuales y dos fijos: el jefe y una chica hiperactiva muy simpática. La decoración no es excesiva, bastante adecuada y la gente que frecuenta el lugar no lo convierte en un club de alterne, algo de agradecer.

Estos son mis pros. A continuación, cedo la palabra a mi maldito compañero.

Si bien Casa Pepe, como mi lánguida coinquilina ha indicado, se caracteriza por la calidad de sus viandas, debe hacerse notar que esto depende en un factor nada despreciable: el Azar. Tanto terminología, tamaño como contenido, dependen del humor y del camarero que depare el destino. Por no decir, que te puedes encontrar con la agradable afirmación: “hay demasiada gente, no te podemos hacer nada de comer”. Consultar vuestro tarot, horóscopos y quiromantes antes de venir. Un detalle no baladí, es que carece de precio reducido para la adquisición de vinos. Servidor, ha comprado -para la degustación casera- varias botellas en el local y he tenido que aflojar la gallina igual que si fuera a quedarme en el local. Un detalle así, en mi opinión, denota descuido. Por no hablar de la música, aleatoria en sus intérpretes y constante en su calidad: mala.

24 mayo, 2008

"La estupidez es el principio de la seriedad"



La languidez y el malditismo son dos actitudes peligrosas. Carecen del suficiente periodo de prueba para conocer los efectos de su mezcla. Una sola cosa se puede dar por segura. Aseguran holismo: es decir, un todo mayor que la suma de sus partes.

¿Y por qué un blog? Que sí, que ya está demodé, que ya pertenece a otra generación, pero es que ni el mejor siglo es este, ni la mejor década los 80. Que hay mucho tópico que derrocar y mucha tontuna por escribir.

Asumir un compromiso -aún está por decidir cuál- para con los que lleguen (seamos uno o cien, sobrios o borrachos) constituye un punto de partida irrevocable.

El holismo es genio & locura, Vegas & Rosenvinge, Whisky & hielo, rojo & negro, Fleischman & O´Connell, Zoidberg & Farnsworth, Hegel & Dostoievsky...

Se admiten sugerencias, amenazas e intentos de asesinato -siempre que sean con elegancia-. Las cosas buenas, en el supuesto de que las haya, serán por casualidad.

Nosotros por nuestra parte, tan sólo, nos excusamos por existir.


Por: Lánguida & Maldito